A pesar que cuando uno es niño tiene sus gustos infantiles de los cuales, aunque uno se avergüenza aun guarda la nostalgia de esos gustos; debo admitir que las historias del famoso oso llevado a la fama por Disney no fue de mis personajes preferidos.
Por ese motivo no tuve la inquietud de correr al cine cuando se estrenó la nueva aventura de este personaje. Además de que en mi país se estrenó antes de tiempo, no tuvo la promoción necesaria y a pesar de ser un estreno comercial, no tuvo nada de éxito y no duró nada en cartelera.
Primero que nada, al empezar a ver esta cinta notamos las referencias a todas las historias que hemos visto del personaje. El uso del narrador, la misma introducción (claro, con tomas actuales del cuarto del niño dueño de estos muñecos), y la premisa de la historia que es muy similar a lo que ya hemos visto en otras películas y series animadas.
Hay que aclarar que esta cinta es creada casi exclusivamente para que sea vista por niños muy pequeños. Quienes disfrutaran una cinta con personajes que pretenden ser tiernos, una historia para nada compleja y una duración de menos de una hora.
Pero esto anterior no es nada malo, la poca pretensión de esta cinta la hace un trabajo decente que hace uso de la animación tradicional (algo raro en estos días), además de ser un musical que cumple dentro del género infantil.
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Dirigida por Stephen Anderson (Meet the Robinsons) y Don Hally con las voces en inglés de Jim Cummings, Travis Oates, Tom Kenny, Bud Luckey, Craig Ferguson, Jack Boutler, Kristen Anderson-Lopez y Wyatt Hall.
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